EL PSOE QUIERE REMATAR LA OBRA DE LOS ASESINOS DE LA GUERRA CIVIL
Las milicias rojas, integradas por militantes frente populistas, se encargaron de eliminarles físicamente en 1936. Ahora el PSOE quiere completar el genocidio que perpetraron sus antecesores eliminando su memoria de las calles de Madrid y de la conciencia colectiva.
La izquierda quiere borrar cualquier referencia directa o indirecta que recuerde, aunque sea remotamente, a la época de Franco de las calles de Madrid. La guadaña socialista quiere cambiar el nombre a, nada más y nada menos, que 360 calles. Cual brigada del amanecer, los concejales socialistas madrileños ha elaborado una lista de “indeseables” a eliminar. Al PSOE no solo le molestan nombres como General Yague, sino que calles dedicadas a Pedro Muñoz Seca, Ramiro de Maeztu, Calvo Sotelo o los Mártires de Paracuellos, también han de ser suprimidas para evitar el recuerdo de los asesinatos cometidos por ellos mismos.
Precisamente la misma ley de Memoria Histórica -aún sin entrar en vigor- que invocan los socialistas para decir que "Madrid es una ciudad moderna que no puede seguir recordando en sus calles la infamia de una Guerra Civil provocada por unos golpistas", establece que su finalidad es “rendir honrosa memoria” a las víctimas de esa guerra civil.
Victimas como Calvo Sotelo, asesinado por los guardaespaldas del líder del PSOE Indalencio Prieto. Victimas como Muñoz Seca, asesinado por sus obras satíricas y humorísticas contra la II República, Maeztu, intelectual que, al igual que Lorca, no fue tolerado por un bando. O las miles de personas que yacen en las fosas comunes de Paracuellos, cuya vida fue segada por pensar de forma diferente a los que se habían hecho dueños de la II República. Personas como José Antonio Primo de Rivera, también victima del odio fratricida de la guerra civil. Todos ellos, aunque no lo estableciese la Ley de memoria histórica, víctimas dignas de homenaje y recuerdo a los que es justo se dedique el nombre de una calle.
Sin embargo los socialistas, no contentos con haberles matado hace 80 años, ahora quieren volver a asesinar su memoria, eliminándoles de la historia y del recuerdo de los madrileños. Nunca un país debería estar en manos de gentes en las que el odio y el rencor anidan de tal manera en sus negras almas.
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